Parece que fueran unos locos los yoguis; si bien, lo que funciona en ellos es la sabiduría, la sabiduría de la impermanencia es una de sus manifestaciones. Si lo miras bien, la práctica no es más que una invitación a la audacia. En el yoga todos buscamos lo mismo, en dependencia del conocimiento que vas adquiriendo en este sendero le llamas Samadhi, más adelante pasa a ser el Nirvana, tal vez con el tiempo se convierta en la Iluminación…. lo que es cierto es que todo yogui desea DESPERTAR. La intuición de que todo es como un sueño y que se puede vivir de otra manera, antes o después hace su trabajo y entonces, asumes el riesgo de que te tachen de «loco?»; o por lo menos, diferente, atrevido, arriesgado… Pues sí, cómo un yogui ve la vida es diferente, y es que la perspectiva se amplía y de qué manera!. La cuestión es, ¿cómo llegar hasta ahí?.
Nuestro compromiso como yoguis consiste en disolver los velos de la ignorancia, esto es claro. Pensando en ello, utilizo las reflexiones de un gran yogui que me inspiraron mucho: para avanzar en el sendero, DEPENDES DE CUÁNTO ESTÁS DISPUESTO A EQUIVOCARTE. Un yogui ve la vida con amplitud, como una oportunidad para desarrollarse y cultivar cualidades o medios hábiles, hasta el final!. En este desarrollo existen cantidad de trampas de las que el yogui de manera audaz intenta cuidarse. Y una de ellas es la complacencia. Ésta nos encanta si somos sinceros: Ya llevo muchos años y sé mucho, he avanzado un montón; también se manifiesta como «apenas avancé tras años así que esto es un rollo y abandono». O velocidad crucero, un poquito de amor, ya no siento tantos ataques de ira, me siento mucho más atento, por supuesto no tengo estrés y estoy tranquilo, etc… Todo ello es resultado de la práctica, está bien pero… tal vez TE ESTÉS ESTANCANDO. Todo en el yoga te invita siempre a ir más allá (la simbología del guerrero es extremadamente importante en nuestro sendero).
Y para avanzar, como apunta un gran yogui español, dependes de CUÁNTO ESTÁS DISPUESTO A EQUIVOCARTE. Una vez más la práctica te lleva a pegar una patada a ese yo falso, inherente; y por lo tanto, miedoso, arrogante, egocéntrico. No hay otra manera de aprender, de evolucionar, de crecer; que cerrar la puerta a esa manera estrecha de vernos (nuestro pequeñito ego) y exponerse. Como bandera un yogui se acompaña de su compromiso con la ética (perfeccionándola diariamente), con el desarrollo de la atención plena y arriesgarse para ir más allá, (adonde tal vez siempre estuvimos), y que sólo tú puede recorrer el maravilloso y audaz camino hasta VERLO. Y si te puedes acompañar de un Maestr@ seguro que mejor. No es cómodo este sendero, pero si tienes la inteligencia de atreverte a mirar la brevedad de nuestra existencia en esta estrechez de vida, ¿hay mejor manera de vivirla?. Sé audaz y practica!